Hoy se llevó a cabo la ceremonia
de entrega de los Premios Golden Globes (Globos de Oro), mismos que son
organizados y votados por la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, y
en su categoría a Mejor Director fue galardonado Alfonso Cuarón, por su películaGravity.
Sin duda es un evento que se
celebra como país, pues siempre es grato saber que nuestros compatriotas
obtienen éxitos significativos que dejan en alto sus nombres, sino que también
al de México. Sin embargo, es un hecho que cuando nos enteramos de estos logros
surgen muchas suspicacias en torno a ellos, y nos sorprendemos porque haya un
mexicano capaz de competir en el mismo rubro con otros exponentes que provienen
de países denominados de “Primer Mundo”.
La división que se hace del mundo
con base en lo desarrollado de un países o un conjunto de ellos se vuelve un
problema cuando se implanta en la mente de sus habitantes, creando una
cosmovisión desde esa etiqueta.
El Primer Mundo y el Tercer Mundo
sólo viven en la ideología de las personas, pues hay quienes viven en países
muy desarrollados, pero su vida transcurre en la mediocridad de su cómoda
situación; en contra parte, vemos a personas con un Primer Mundo dentro de su
visión de la realidad, por lo que lucha por concretar sus planes y logra
desarrollar sus habilidades, superar sus debilidades y perfeccionar sus
fortalezas.
Aún en la forma en que
reaccionamos frente los logros de otros, se puede ver nuestra forma de pensar:
si nos sorprendemos que alguien que nació, creció y se preparó en nuestro país
se hace acreedor de un reconocimiento internacional por lo destacado de su
labor, entonces no creemos que cualquiera con buena disposición a pagar el
precio por sus sueños pueda alcanzarlos. En cambio, si lo tomamos como un
ejemplo, entonces podremos esperar que un día obtengamos nuestro propio
galardón a nuestro desempeño en un rubro determinado, aunque no sea en medio de
una gran ceremonia internacional, ya que cada quien establece en qué consiste
su éxito. Todo aquello que soñamos es factible de realizarse, y su grado de
imposibilidad dependerá de nuestro escepticismo o nuestra fe aplicada en lo que
hacemos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario