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jueves, 30 de enero de 2014

FIN DE LA FIESTA, INICIO DE LA REALIDAD




Enero está llegando a su fin y todo aquello que deseamos y nos propusimos mientras comíamos las uvas, una tras otra, hoy debería ser parte de nuestro cotidianeidad. Si en verdad estamos, más que buscando, provocando, un cambio real en nuestra vida, es justo ahora cuando debería verse esa intención traducida en hechos: hoy tendríamos que estar celebrando un primer mes sin fumar; treinta días de comer mejor; cuatro semanas de un mejor desempeños laboral y cuatro fines de semana de sana convivencia con nuestra familia.



Muchas de las cosas que deseamos en la vida están al alcance de nuestra mano, pero la dificultad para acceder a ellas radica en que requiere de nosotros un esfuerzo por hacer lo que no nos causa placer, lo que duele, lo que cansa. Pero si el cambio que perseguimos nos llevará a la mejor versión de nosotros que pueda existir, cualquier precio es bajo comparado con los beneficios.

A estas alturas del año estamos a buen tiempo para dejar de comprarnos excusas y regalarnos motivos para continuar. Sabemos qué sucede si no alcanzamos nuestros anhelos: hemos vivido frustrados por ello. Pero hoy podemos comenzar a vivir cada uno de ellos si creemos y actuamos con esa convicción.


Si te cuesta trabajo cambiar de hábitos porque resulta que levantarse temprano es muy incómodo, dejar de comer golosinas te parece aburrido o ser puntual te presiona, entonces piensa que todo lo que vale la pena ofrece un reto. Si lo vences puedes sentirte una persona de éxito y eso te dará la fuerza y el entusiasmo para continuar con tu lista de retos. Al final habrás cambiado porque tu forma de ver la vida se transformó y no habrá problema, complicación o reto que te amedrente, puestendrás la referencia de que tener éxito se convirtió en tu hábito y sabes cómo hacerlo.

2014 puede ser el año en que tu vida mejoró en tal grado que abrió un nuevo capítulo en la vida, o bien, puede ser uno más a la larga lista de tiempos muertos que sólo hieren tu eternidad: el tiempo no se renueva.
¿Y tú cómo vas con tus propósitos?



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