Desde hace más de cuarenta años la Ciudad de México ha
podido contar con un sistema colectivo de transporte: el metro. Para algunos,
tanto visitantes como residentes del Distrito Federal, podría parecer un asunto
complicado moverse a lo largo de la ciudad a través de una compleja red de
trenes subterráneos, aunque también los hay elevados, así como los pintorescos
trolebuses.
Sin duda, muchos de quienes tienen auto han tenido la
necesidad de movilizarse a través de las opciones que existen en la ciudad. En
términos generales no había mucha complicación: es cosa de pagar el precio del
pasaje para llegar el destino deseado. Cualquiera puede hacerlo y no necesita
mayor información, fuera de tener en cuenta las estaciones de transbordo. Esto
es algo cotidiano para un citadino y difícilmente se extraviaría. Sin embargo,
el grado de complicación aumentó de unos años a la fecha, cuando resultó que el
metro no era suficiente para transportar a tantos millones de personas
diariamente, dando pie a la creación de una nueva opción: el metrobús.
El metrobús ofrece más movilidad para una población que
requiere transportarse rápidamente a lugares lejanos, más su uso requiere de unconocimiento claro de su funcionamiento, pues desde la compra del pasaje, la
forma de abordarlo y los transbordos requieren el dominio de nuevas reglas que
exigen al usuario estar atento a su práctica. No hay taquillas atendidas por personas:el crédito se adquiere a través de máquinas tragamonedas que abonan la cantidad
depositada en una tarjeta plástica especial; abordar a los camiones exige que
sepamos que hay una distribución especial en su interior: la parte frontal es
para las mujeres; la parte posterior es mixta, aunque hay rutas donde esta
disposición no aplica, como las que cruzan el Centro Histórico, donde por
cierto hay que llevar la tarjeta con suficiente saldo o no será posible
abonarle ya que no cuentan con taquillas. Debe conocerse también que en las
estaciones de transbordo no cobran doble pasaje siempre y cuando no pase más de
dos horas desde que se abandona la estación de una línea para tomar la otra. En
necesario conocer bien las líneas y sus
implicaciones al usarlas.
Hoy en día la forma de moverse por la ciudad ha cambiado
mucho; quien no conoce sus opciones y sus reglas de funcionamiento puede sentir
que está extraviado en un gran laberinto de camiones y gente: no importa si se
trata de un visitante primerizo o un citadino que por circunstancias diversas
tenga que usar estas nuevas opciones. Quien domina todas estas maneras de
viajar cuenta con una movilidad
sorprendente.
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