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jueves, 5 de diciembre de 2013

MANDELA: UNA VIDA DE LEYENDA


Hoy, 5 de diciembre de 2013, el mundo se estremeció ante el fallecimiento de uno de los grandes pensadores contemporáneos que vivió una vida íntegra y congruente con su propósito de vida. No temió perder ni su libertad o su vida  en aras de una visión y una misión que trascendía a su limitada humanidad: Nelson Mandela.



Datos sobre su biografía, hay vastos, sin embargo lo que resulta muy inspirador es precisamente su congruencia, pues su sentir, su pensar, su hablar y su hacer fue el mismo cuando comenzó su movimiento de protesta, que cuando estuvo en la cárcel o siendo presidente. Y fue esa congruencia la que marcó su vida, la que le permitió superar los obstáculos culturales y raciales hasta establecer la democracia en Sudáfrica, convirtiéndose así en un parte aguas para su nación y para una sociedad contemporánea que aún se ve limitada por la incapacidad de superar los prejuicios del color de piel, de género, credo o nacionalidad.



Su vida fue y es una leyenda. Una inspiración, pero no nos perdamos en lo romántico de la historia, aprendamos a adoptar lo que dejó como legado. Podemos conmovernos hasta la lágrima por conocer sus sufrimientos y su lucha, pero ésa fue su misión, y nosotros ¿qué hacemos con respecto a la discriminación de los indígenas? ¿cuál es nuestra posición frente al bullying? ¿y qué hay del maltrato infantil?

Más que rendir un minuto de aplausos o expresar sentidas frases de condolencia por su partida, tomemos lo que dejó su vida, aprendamos que la reconciliación con nuestros adversarios es una muestra de madurez y de libertad. Participemos activamente en esta labor y prolonguémosla a todas las áreas de vida. Sólo así podremos decir que su vida nos impactó.



Ciertamente, su vida es una leyenda, y nosotros decidimos que se quede en una leyenda o en una herencia que se viva y se respire.