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sábado, 3 de marzo de 2018

EJERCICIOS ¿SÍ O NO?

Por la rutina de mi trabajo, suelo recorrer la ciudad de arriba para abajo: visitar clientes de la agencia de comunicación, ver a proveedores y revisar algunos detalles. Estas actividades hacen que deba caminar grandes distancias. El desplazamiento es indispensable, pero fue un tema al que le dediqué la merecida consideración, pues cuando tienes más de cuarenta años y estás embarazada es muy importante tomar precauciones para que todo salga bien.

Ser paciente del Instituto Nacional de Perinatología significa que tu embarazo es de alto riesgo. Generalmente, cuando escuchamos eso nos viene a la cabeza, casi de inmediato, el reposo absoluto. Sin embrago,  desde mi punto de vista, en mi caso no era necesario, ya que me sentía excelente, sin ninguna molestia y no había complicaciones. Más escuché también, que todo embarazo conlleva un riesgo, aun cuando la madre esté sana y no pase de los treinta años. Entonces decidí consultar a mi ginecólogo para preguntarle por las medidas de precaución más convenientes para mí. Su respuesta fue muy interesante.


Por principio de cuentas, el ginecólogo enfatizó que era importante tener claro que estar embarazada no es una enfermedad, sino una función de mi cuerpo, un estado transitorio totalmente natural. Por lo tanto, era necesario tener una imagen interna sana y no adoptar actitudes de autocompasión ni hipocondriacas. Mientras no hubiera incremento en mi presión arterial ni sangrado abundante, debía llevar mi vida normal, evitando grandes esfuerzos y siguiendo una dieta balanceada. 
Acerca de la actividad física, me explicó, que sólo cuando hay una amenaza de aborto, el reposo absoluto es indispensable; fuera de este peligro, la inactividad no es conveniente, pues se incrementa el sedentarismo y con ello, el sobrepeso;  factores que sí implican un riesgo para la salud, esté embarazada o no. Con esta tranquilidad, llevé a cabo mis actividades diarias que requerían de largas caminatas, así como subir y bajar escaleras. No me veía a mí misma como una mujer enferma, sino tan rebosante de salud que estaba embarazada a mis 43 años.

La actividad me ayudó mucho para mantener un buen peso y estar lista para la gran cita. El reposo absoluto puede generar depresión y malestares físicos. La actividad nutre la mente con buenos pensamientos y elimina esos kilos de más.

MITOS Y REALIDADES
El embarazo no es una enfermedad, no hay que conceptualizarlo así. Pero por el hecho de estar gestando una nueva vida, es vital contar con la revisión médica periódica y ser obediente a las indicaciones de los especialistas. Un embarazo de alto riesgo tiene sus complicaciones y complejidades, pero una buena actitud, tener información confiable y ser diligente con las medidas de precaución, incrementan las posibilidades de tener un buen desenlace.
La actividad física moderada es altamente recomendable, excepto si el médico indica lo contrario. Pero aun cuando se requiera del reposo absoluto, es importante mantener la mente activa para ayudar a que el descanso sea útil. Sígueme en @Madre_alos40

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