Despierto. Es un día
nuevo. Me miro frente al espejo, me observo. Ahí estoy.
Tan cotidiana; la de siempre. La que escucha la voz de su interior y decide
dejar la calidez de su cama, la seguridad de su casa, la familiaridad de su
localidad para extender las alas a terrenos desconocidos, donde podré convertirme en la versión que anhelo, ésa que visualizo cada mañana en
el espejo.
Cada día
emprendo mi propia batalla contra concepciones añejas en
las que me encuentro limitada a ser tan solo una chica bonita, con la misión de callar sumisamente y lucir
linda, como debería hacerlo una buena mujer. Me
rebelo con todo mi potencial, porque soy más que
curvas voluptuosas; no acepto ser tomada como un objeto de placer o un trofeo.
Me niego a pagar con mis atributos físico
por las oportunidades que me pertenecen legítimamente
porque he luchado por ellas, con mi creatividad, mi tenacidad, mi talento y mi
compromiso. No admito que las formas de mi cuerpo determinen hasta dónde puedo llegar, ni concibo que el
hecho de transgredir mis propios límites y
mis valores sean la única
forma en que pueda convertirme en esa mujer exitosa que quiero ser.
No soy víctima. No
soy el sexo débil. Tampoco acepto el
paradigma absurdo de la supremacía
masculina que obliga a los varones a ser insensibles, incapaces de mostrar
emociones o de errar. No busco culpables de las prácticas retrógradas
que aún imperan en mi entorno, en
mi momento, pero sí busco
cómo cambiarlas, modificarlas y crear
nuevos escenarios de acción, en
los cuales seamos libres de ser mujeres y hombres, con nuestras marcadas
diferencias y podamos aceptarnos desde la igualdad. Que podamos vivir una
equidad de género que abra espacios de
convivencia para tener la libertad de pensar diferente, de sentir diferente y
de vivir diferente, sin que ello amerite un estigma o un castigo por no ser
igual a lo “aceptable”.
No deseo canonizar mi fragilidad; solo deseo vivir mi
esencia, mi verdad: soy mujer. Comparto el mundo con el varón y podemos cohabitar este espacio
guardando el respeto por las personas, por sus ideas y sus preferencias.
Hoy quiero celebrar la fiesta de la equidad, del respeto,
del amor y de la paz. Hoy quiero que ser mujer sea significado de libertad y
poder, no una condición de
desventaja y sufrimiento.
Hagamos esta idea realidad ¿Bailamos?
#textoGcc #powerwoman
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