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jueves, 10 de octubre de 2013

EN MATERIA DE SALUD, MÉXICO SUFRE UN ATRASO MAYOR QUE EL DE GRECIA EN EL SIGLO V a. de C.

Si hay una ciencia que muestra cabalmente la igualdad entre los seres humanos, por encima de sus diferencias genéticas, es la Medicina, que busca preservar -y en su caso, mejorar- la salud de todo aquel que la requiere. Y no hay evento más cercano al milagro que el nacimiento de un nuevo ser humano. La misión de todo médico se plasma en el legendario juramento hipocrático, que enfatiza los principios bajo los que todo galeno debe regirse: “...No permitir jamás, que entre el deber y el enfermo se interpongan consideraciones de raza, religión, nacionalidad, de partido o de clase…” (Fragmento del Juramento Hipocrático, en su versión actual) Ya desde el Siglo V a. de C.(siglo en que vivió Hipócrates) se pretendía superar la limitación del racismo, o mejor dicho, de la discriminación; por eso resulta aberrante ver cómo en pleno siglo XXI, encontramos casos tan indignantes en las que instituciones públicas, creadas para poner por obra lo que dicho juramento establece, en favor de aquellos que son menos favorecidos por las condiciones socio-económicas que imperan en México, los grupos vulnerables, como los indígenas son tratados de una forma denigrante, como el caso específico de la indígena que tuvo que dar a luz en el jardín de una clínica, toda vez que el personal disponible –pues hay que señalar que el hospital estaba en paro laboral- priorizó otras “urgencias” sobre la inminente llegada de un bebé en condiciones inaceptables.


El caso salió a la luz gracias a que alguien decidió difundirlo en las redes sociales, a través de un video, lo que generó indignación entre la sociedad, que exigió una respuesta a las autoridades implicadas. Las justificaciones que se dieron abarcaron un abanico de absurdos: desde que la madre “decidió” dar a luz ahí y nadie podía obligarla a entrar, hasta que “no había personal disponible para esas emergencias”. Gracias a la presión de la opinión pública, se cesaron a dos funcionarios de la clínica en cuestión, medida que busca tranquilizar los ánimos de la sociedad, sin embargo, viene al caso considerar que éste es un caso especial por haber sido difundido, pero ¿cuántos casos más hay? ¿Quién puede garantizar que se brinde el servicio de salud sin discriminación en Oaxaca, o en cualquier otra población de nuestro territorio nacional, a quienes conforman un grupo poblacional vulnerable como los indígenas? Por lo visto, las autoridades, no.

   




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