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viernes, 30 de agosto de 2013

¿QUIÉN TIENE LA AUTORIDAD?

No bien ha pasado un año de las elecciones y las pruebas de fuego se dejan sentir. Las promesas que encabezaron las diferentes campañas de los hoy gobernantes en diferentes niveles esperan materializarse en hechos, concediendo la razón a los ciudadanos que con toda buena fe votaron por la opción que más les convencía.

Y sin embargo… nada es como se esperaba. A nueve meses de iniciar las gestiones del gobierno federal y del gobierno del Distrito Federal, hay muchos cuestionamientos gracias a las decisiones tomadas en el tema de la educación. Quizá la problemática más fuerte a resolver entre las autoridades de la SEP y los profesores del CNTE, sea la comunicación.

Pero las consecuencias trascienden a esto actores, ya que las movilizaciones de los docentes que pretenden levantar la voz, hacer sentir su presencia y su descontento afecta severamente a la población económicamente activa del Distrito Federal, sectores productivos que nada tienen que ver con el conflicto: empresarios, comerciantes y empleados que ven con enfado e impotencia las horas pasar en el reloj, y con ellas las posibilidad de generar los ingresos y cumplir con sus labores.

Y no sólo eso: las marchas no sólo bloquean a los ciudadanos, sino que exhiben la debilidad de la autoridad de un jefe de gobierno que disfraza de tolerancia su incapacidad de establecer el orden, obligando no sólo a los ciudadanos a tomar valor para hacer lo que habitualmente harían sin problemas, sino que someten a los legisladores a moverse de recinto y el colmo: obligan al Presidente de la República a modificar el tiempo y la forma de dar un informe de gobierno.

¿Quién detenta el poder? No es válido disfrazar de tolerancia la ineptitud; no es correcto sacrificar el derecho de la mayoría a transitar, a producir -sobre todo cuando se trata de una población que con sus impuestos mantiene a los servidores públicos- por temor a las consecuencias políticas de unos cuantos, que con razón o sin ella, ponen de cabeza a una ciudad que exige soluciones reales, por encima de cualquier conflicto. No queremos palabras solidarias: queremos acción; y no, no es un asunto sencillo, pero ¿quién dijo que era fácil gobernar a la ciudad más grande del país?


Es un buen momento para la congruencia entre las palabras y los hechos. Apreciable Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera: muéstrenos por qué era la mejor opción electoral. ( By Graphos Comunicación Creativa para www.facebook.com/graphoscc)

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